domingo, 20 de marzo de 2011

Cuando las Palabras confunden

No sé si sea el mejor momento para escribir. Hoy no ha sido un buen día… bueno la verdad, no ha sido una buena semana (esta vez no es por plata).
Pero han pasado cosas, de aquellas que uno cree que como ya pasaron no volverán y regresan y nos cogen con los brazos abajo que nos desequilibran. Yo soy buena para darle ánimos a la gente, a que vean buenos motivos para seguir adelante, pero cuando es mi turno, cómo me cuesta. Menos mal están el par de Princesas merodeándome todo el tiempo y eso es suficiente.
Definitivamente la mejor forma de sentirse tranquilo es desahogándose, sea llorando, hablando y hablando o escribiendo. Lo he hecho poco a poco: cambiando mi estado o comentarios en Facebook, poniendo caritas en el BBPin o con frasecillas en Twitter. A veces lo logro, otras no, siendo totalmente responsable de lo que escribo.
El anterior Post, Solo un suspiro, es un “poema” q hace años tenía porque esa situación la viví y lo publiqué porque me acordé, porque nunca se me ha olvidado, porque soy mujer y todas recordamos aquello que nos dolió, porque pasamos por “esos días” en que somos susceptibles a todo, porque siempre me pareció hermoso y seguro alguien se identificó con lo que algún día sentí.
Las consecuencias del Poema se unieron a la mala semana que me tocó vivir por estos días, que sin culpar a Dios, son cosas del destino. Y aunque no soy la más católica y fiel sierva del altísimo, sé que tuvo en cuenta mis oraciones y las de quienes me incluyeron en las suyas, porque eso de que la EPS me atendiera y me aprobara todo tan rápido es obra del Señor.
El especialista dijo la palabra mágica: Relax  “Claudia: Relax en el día a día, duerme, descansa y tranquila”. Y después de eso, enumeró lo que debo y lo que no por este mes mientras me vuelve a ver. Entonces salí de su consultorio peor de lo que llegué, más preocupada porque ahora no puedo preocuparme, porque ahora debo dormir más tiempo y de dónde lo voy a sacar?
Entonces debo recibir el apoyo de mi familia. Mi madre que es incondicional, más colaborarme no puede porque su columna no le da. Mis hijas están en el proceso de ser independientes, entonces todavía dependen de mí, sin embargo tienen sus tareas y “responsabilidades” en el hogar y mi esposo… Es ahí cuando las palabras confunden.
No dudo de su amor, pero no entiendo su actitud. Quisiera pensar que tiene temor por mi delicada situación, que aunque no es grave, no es así como vivimos el día a día juntos.
Prefiero pensar que siente celos por el post anterior (si supiera que cuando lo escribí pensaba en él) que se confundió y dio rienda suelta a su imaginación.


“…y te quiero así cuando alargas en el acto toda mi pasión… no pretendo alejarme no quiero, yo no puedo…” (Amor Narcòtico)

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